No necesito vistas al mar,
ni a las montañas nevadas...
Desde mi cocina tengo la mejor vista del mundo
Veo a mi pequeñajo jugar tranquilo en la piscina
nuestro huerto
mi balancín invitándome a sestear
las aromáticas
a Juli trasteando entre los olivos
nuestros frutales...
Desde la ventana de mi cocina veo todo lo que necesito para ser feliz
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