Nuestra primera intención al plantar las viñas era la de conseguir un vino sencillo de elaborar, que no precisara ni bodega, grandes conocimientos ni práctica. Poco a poco y a medida que nos hemos ido informando nos hemos dado cuenta que hacer vino, ya sea blanco o tinto, nos llamaba mucho la atención y no precisa de tanta maquinaria ni complicaciones como pensábamos, así que aunque a muy pequeña escala nos hemos animado con nuestro primer blanco y tinto, por probar porque esto de la enología engancha, pero ya digo, la idea inicial era conseguir un vino o licor fácil, rápido y sencillo de hacer.
Un licor que se adapta perfectamente a este objetivo es la Mistela.
Digo licor porque realmente es lo que es, no es un vino. Para que un mosto se convierta en vino tiene que producirse la fermentación alcoholica, es decir, los azúcares de la uva han de ser convertidos en alcohol por unas levaduras presentes en la misma fruta mediante un proceso de fermentación. Si no hay fermentación (y por último alcohol) no hay vino.
En la mistela no se lleva a cabo la fermentación.
Entre muchos otros tipos de vinos dulces de alta graduación la mistela se elabora a partir de mosto sin fermentar al que se le añade alcohol vínico hasta lograr una graduación entre 18º y 20º.
Precisamente este alcohol añadido es el que no permite la fermentación espontánea del mosto.
Osease... para conseguir una buena mistela necesitamos símplemente
Un buen mosto de unas buenas uvas
Un buen alcohol vínico. (alcohol sin adulterar, no vale alcohol de farmacias ehhhh).
El proceso que nosotros hemos seguido a través de lo que hemos podido ir leiendo y aprendiendo del vinicultor que nos vendió las cepas ha sido mezclar alcohol y mosto hasta conseguir una graduación hasta 18º. Es decir 900 ml de alcohol de 100º y rellenar hasta 5 litros con mosto.
Al día siguiente se había decantado bastante poso que lo hemos separado, (que en términos de bodega se llama desfangado) y durante una semana lo hemos tenido al sol y removiéndolo cada día. Se supone que ésto es para oxidarlo y que el licor tome un color más dorado.
Poco a poco todo se va decantando, posiblemente haría falta que pasara todo el invierno para que el frío y la tranquilidad hagan que se clarifique... pero tengo serias dudas de que consiga pasar el invierno, porque a día de hoy tenemos 9 litros de mistela deliciosa que nada tiene que envidiar al mejor vino dulce...
Este año el alcohol lo hemos comprado, pero para el año que viene Juli está haciendo su carta a los reyes magos y lo primero de la lista es un alambique, para poder destilar su propio alcohol... no si es lo que yo digo... el profesor bacterio!!!
Próximas entregas: Vinificación en blanco
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Dile a Juli que se puede fabricar una destiladora con la olla a presion.
ResponderEliminarY decida lo que decida que alguien le enseñe porque como se caliente mucho... puede explotar
Saludos
Hola!! Sí, ya sabe que puede hacerse una destiladora con una olla a presión, pero es que no tenemos pero Juli prefiere un alambique de unos 10 litros. Además yo no le dejo, no te imaginas la que me tiene montada en casa con la historia del vino... ha aprovechado un refrigerador que teníamos de un acuario marino, tiene el barrilete del mosto dentro de otro barreño de agua para controlar la temperatura de fermentación, con el ruido que hace el refrigerador... eso sólo con el blanco... ahora ha traído la olla grande de las conservas llena de mosto de tinta... el alcohol, las levaduras, la mistela, las botellas... y todo en mi mini piso de 35m2!!! Qué paciencia hay que tener... Imagínate si también me monta el laboratorio con la olla a presión para destilar alcohol... no no no... que se compre un alambique y lo haga en el campo, al menos será decorativo oye jejejeje... y me servirá a mi para hacer esencias ;)
ResponderEliminarQue busque por internet que hay baratos y si tiene algunos amigos gallegos.. alli esta MUCHO mas barato
ResponderEliminarEn la ferreteria de Valderrobres tambien venden