Verónica…piensa, no te engañes, no estas cansada de escribir, no estas cansada de explicar cosas, de mostrar sentimientos, de intercambiar ideas.
Estas enfadada y triste porque te han forzado a dar un paso que realmente no querías, cerrar tu página.
Aburridos liantes, envidiosos, frustrados, “simpáticos”…en fin, déjalos, que se entretengan, no te enfades con ellos, su vida vacía solo debería generarte sentimientos de compasión, aunque ocultos tras el anonimato ni eso podrás hacer… solo ignorarlos.
Llegan las respuestas, lees los comentarios a tu anuncio de retirada, y tras cada uno de ellos te vas encontrando mejor. Sonríes y te dejas querer.
Desde aquí quiero agradecer enormemente a todos los que le habéis animado, porque lo necesitaba.
Verónica realmente es como se muestra en el blog, es sencilla, sensible, dulce como sus mermeladas, una buena amiga. Seguro que pronto volverá a tener ganas de contarnos sus cosas, ¡¡¡y deleitarnos con sus recetas!!!
Repito, muchas gracias a todos, en mi nombre y en el de Verónica.
Juli Beltrán.
No entiendo cómo hay gente que se dedica a molestar de esta manera. Si algo no les gusta, que no lo miren, pero intentar herir a alguien con comentarios malintencionados es de lo peor... además escudándose en el anonimato... puaj!
ResponderEliminarMuchos ánimos
Uy no sé de dónde viene esto, pero me alegro de que no lo dejes, no hay que hacer caso a la gente que quiere hacer mal, no merecen ni un segundo de nuestro tiempo. Mucho ánimo
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